Actualizando.

Hace días que no ponemos nada, Sorry.

La semana pasada fué un poco de transición. Manolo estuvo unos días aislado hasta el viernes en que le dijeron que las defensas habían subido bastante y que le daban libertad el finde. La cosa va bastante bien y los médicos anuncian que es muy probable que, aunque los ciclos de quimio continúen, le permitan salir a hacer vida normal entre ciclo y ciclo de manera que sólo vuelva al hospital el/los días que tengan que ponerle las bolsitas. Esto todavía no va a ser así, pensamos que tardará al menos un mes en hacerse realidad.

Una de las partes negativas de todo esto se produjo la semana pasada. Sara ha estado desde que enfermó Manolo todo el tiempo codo con codo con él luchando contra el cáncer. En su trabajo solicitó una excedencia. Incialmente sus jefes la pusieron buena cara, buen rollito, tranquila, no te preocupes... Llegaron al acuerdo...más bien imposición, de coger un mes de excedencia o de licencia (permiso sin sueldo) y luego, según como evolucionara Manolo, pedir alguna prórroga más. El abogado de la empresa redactó el documento y la obligaron a firmar una excedencia de un solo mes sin posibilidad de modificar nada en la hoja de solicitud, a pesar de que intentamos ajustarnos a la legalidad. Tengo que aclarar que su convenio, el del sector de la publicidad publicado en el BOE del 24 de febrero de 2010, permite a cualquier trabajador del sector solicitar una excedencia sin tener que exponer motivo alguno y por un período mínimo de 4 meses. Es decir, que obligaron a Sara a solicitar una excedencia por un período ilegal.

Antes de finalizar la excedencia, Sara se puso manos a la obra para solicitar una prórroga de un mes más con el compromiso de incorporarse el 15 de junio al trabajo, pasase lo que pasase con Manolo.

No sólo no le han concedido esa prórroga sino que los HIJOS de PUTA de sus jefes, principalmente uno que dice llamarse Juan Carlos Aparicio, en un plan chulo, prepotente, impresentable, en una actitud hipócrita inadmisible, cobarde y antidemocrática, que recuerda tiempos pasados no tan lejanos. Pues bien este tipejo, heredero como digo de los más tristes y oscuros tiempos de este país, al más puro estilo mafioso, creyéndose dueño y señor de las vidas de sus empleados, dispone que Sara no puede pedir más prórrogas ni más licéncias ni más leches. Dispone que ahí en su empresa no hay ley vigente que no sea él mismo con su organismo y se pasa todos los derechos laborales que nos han costado siglos de lucha por el mismísimo forro de los cojones,... de esos kiwis que no tiene. Y digo que no tiene, porque no los tuvo para, al menos, tener la valentía de entregarle a Sara la carta de despido en mano. No tuvo cojones para decirla a la cara que la echaba porque le salía a él de las pelotillas del culo. Puso a su abogado de parapeto,... que valiente el tal Juan Carlos Aparicio este, dueño y señor, emperador de DISCINE CGP.

Hay que ser malnacido además de falso y cobarde por aprovechar un mal momento, una situación crítica en la vida de una trabajadora suya para saltarse un acuerdo vebal y apiadarse de ella solidarizándose poniéndola de patitas en la calle sin más, de un día para otro, como el que tira un cleanex lleno de mocos... que ejemplo de empresario y buen gestor... muy en línea con los tiempos que corren donde todo es de usar y tirar.

Arrieros somos y en el camino nos encontraremos, que la vida da muchas vueltas y nunca se sabe lo que te vas a encontrar a la vuelta de la esquina. Que nadie piense que esto es una amenaza, no pienso ir a partirle las piernas (aunque confieso que el cuerpo me lo pedía). Ni es mi estilo, ni pienso rebajarme al nivel de esta calaña impresentable. Pero la vida da muchas vueltas, cualquier día podemos coincidir en cualquier sítio y la derrota del barco puede que le lleve a él a necesitar de la solidaridad de los demás...

La consecuencia de todo esto: pasamos unos días tremendos de teléfonazos permanentes, de búsqueda de asesoramiento sindical, de tratar de negociar una salida decente, de ayuda de amigos, de mediación sin éxito,... Y Manolo muy jodido, demasiado jodido, estresado y sitiéndose culpable pleno de la situación. Afortunadamente, el tío es una roca y se está sobreponiendo... gracias, sobre todo, a la actitud siempre positiva de Sara que no ha dado a este asunto más importancia de la que se merece y se ha centrado en lo que tiene que centrarse ahora, en sacar adelante a Manolo, lo tiene clarísimo.

Curros hay muchos, cosas que hacer en la vida también así que, como la única salida que nos queda es el pataleo porque pelas no tenemos para hundir judicialmente al tipejo este, que es lo que me pide el cuerpo:

¡QUE TE DEN POR CULO J.C.APARICIO y que te duela, como dicen los jóvenes ahora, a tí y a tu empresa DISCINE!

Por cierto, por si hay represalias de todo esto que he puesto: lo he escrito YO, José Antonio Herencia López. Lo digo por si algún jilipoyas tiene ahora un arrebato de hombría y decide atacar por la espalda y rodeado de abogados, más aún a Sara, que no se equivoque, ni ha sido ella la autora de este post ni me ha pedido que lo haga yo, ha sido por iniciativa propia y personal y sobre todo, porque es la única vía de escape que tenemos los que no andamos sobrados de recursos para acudir a la justicia que es lo que tendríamos que haber hecho y crujir a estos de Discine por daños y perjuicios morales, médicos, etc. Un palo de este tipo podría haber supuesto una recaida muy seria para Manolo. Esperemos que lo supere sin más consecuencias y todo vuelva a la normalidad.

Abrzs.